domingo, 2 de marzo de 2008

El mundo mágico de la lectura, ¿Accesible para todos?

Leer, acceder a las experiencias ajenas y hacerlas nuestras ha quedado casi en el olvido, los anaqueles o bien grandes cajas repletas de conocimiento que aún no nos atrevemos a tomar como nuestro.
El desinterés o bien la falta de recursos económicos y bibliotecarios han llevado a esto que hoy es un gran problema para el país nos hemos situado en una era de imágenes y lectura fragmentada gracias a Internet, herramienta que ha servido también a algunos literatos para ser consultados y leídos.
La creación de un mundo fantástico e inaccesible en el mundo de lo tangible nos lleva a recrear en la mente esos elementos que han conformado la historia dentro del libro.
Sin embargo, este problema no ha surgido de la nada, tiene sus bases en la ausencia de buenas recomendaciones literarias y una política gubernamental que apoye al rubro.
Al ver a los estudiantes de educación básica leer por primera vez grandes libros de la cultura mundial como El ingenioso Hidalgo Don Quijote de la Mancha, de acuerdo con los programas educativos, sin embargo, para hacer más atractiva la lectura en los jóvenes podrían recomendarse textos con los que se sientan identificados.
Sin embargo, aquí encontramos un problema aún mayor, los profesores de educación básica tampoco cuentan con un bagaje literario amplio que pueda brindar una solución al problema.
La lectura se ve como el trámite para alcanzar el titulo profesional, para después dejar esta actividad en un lugar escondido del cerebro.
Como “solución” a la ausencia de lectura en la gente se han adaptado al cine, es decir, la cultura audiovisual algunos libros, sin embargo, ni la mejor adaptación puede sustituir la construcción e interpretación que cada quien hace de las letras.
La gente no tiene tiempo o dice no tenerlo, de leer; los gobernantes y empresarios entre ellos, por lo cual, es importante recordar que la forma en la que no expresamos está determinada por el conocimiento que tenemos del mundo, es decir, de los leído o visto, por lo tanto cada quien sabe cual es su limite.
Pocos son realmente los que han adquirido a la lectura como un hábito, las fotocopias se han vuelto en el instrumento para adquirir el conocimiento, sin la idea de hacerlo perdurable, pero eso si los cigarros y el alcohol cada fin de semana no pueden faltar en la agenda de un joven ansioso de placeres y temeroso de la lectura.
Aunque este problema va más allá de políticas y costos es decisión individual el querer leer o no, encontrar en un libro la magia de las letras y las experiencias y sobretodo sentirse identificado con ello es algo determinara sus futuras lecturas.
Se ha hablado del final de la era de la lectura sin embargo, este no ha llegado y las cosas e inventos se complementan con la llegada de algo nuevo.

Referencia
Carlos Monsiváis, Elogio innecesario de los libros
Por: Rocío Santos Mijares

1 comentario:

Fil Ruiz dijo...

Orales, me parece cierta la psotura que abordas, sin embargo dale un toque más ameno., De ahi en fuera perfecto.
Besazos fashion