
Arrebatan 70 espacios a la UNAM
Por: Leticia Robles De La Rosay Héctor Figueroa
Los universitarios que simpatizan con las FARC no son los únicos que cuentan con áreas “autónomas” dentro del campus. Expresiones trotskistas, anarquistas, marxistas y guevaristas tienen sus propios cubículos en facultades, preparatorias y planteles de CCHConquistas del movimiento encabezado por el Consejo General de Huelga (CGH) de 1999-2000, en la UNAM existen al menos 70 salones o cubículos estudiantiles autónomos donde los jóvenes trotskistas, anarquistas, marxistas, leninistas, espartaquistas o guevaristas lo mismo exhiben películas que organizan círculos de estudios o incluso venden comida corrida.
Oficialmente conocido con el nombre de Justo Sierra, pero rebautizado por el movimiento estudiantil como Che Guevara, el auditorio principal de la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM es el principal símbolo de los espacios conquistados por los otrora huelguistas y que les fueron respetados por el ex rector Juan Ramón de la Fuente.
Ahí, en ese histórico auditorio, los jóvenes activistas universitarios instalaron, entre otras cosas, el Comedor Popular Vegetariano Che Guevara, donde la comida corrida cuesta 20 pesos.
Pero la venta de quesadillas, tortas, dulces, copias fotostáticas, impresiones y servicio en computadoras es común en prácticamente todas las unidades académicas de la UNAM, tanto a nivel licenciatura como en los 14 planteles del bachillerato.
Los espacios, argumentan los jóvenes, fueron conquistados por ellos por su lucha en las calles y con la presión del cierre de las instalaciones universitarias; en esos cubículos, como pudo constatar Excélsior, se realizan manifiestos, se editan revistas, se hacen enlaces internacionales con organizaciones simpatizantes, se denuncian arbitrariedades de las autoridades y se desarrollan actividades culturales.
La pelea por los cubículos es constante en la UNAM; en noviembre pasado, el director de la Facultad de Derecho, Fernando Serrano Migallón, ordenó la recuperación del salón D-201, ocupado por los estudiantes radicales, e incluso colocó rejas de metal para evitar que los jóvenes lo retomaran.
Así, desde ese momento, el movimiento estudiantil autónomo y crítico de la Facultad de Derecho sólo tiene el salón D-301 para realizar sus actividades de concientización a sus compañeros sobre la importancia de la lucha política.
Hace cuatro años, el director de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales, Fernando Pérez Correa, intentó la recuperación de los salones ocupados por el movimiento estudiantil en ese plantel, lo cual ocasionó la movilización de los jóvenes.
Los espacios estudiantiles en el territorio unamita se dividen en dos: los autónomos, que en su mayoría son dominio de la llamada ala ultra del movimiento estudiantil; y los institucionales o formales que adjudican las direcciones de los planteles para las actividades de esparcimiento y círculos de estudio.
Este diario realizó un recorrido por todas las facultades y escuelas de la UNAM, así como en los 14 planteles del bachillerato para confirmar que existen al menos 70 salones o cubículos que son de uso exclusivo de los jóvenes activistas universitarios de distintas tendencias ideológicas, mayoritariamente de izquierda radical.
En Filosofía hay 14 espacios estudiantiles; el “Cachumbambé” data de al menos 15 años y fue originalmente uno de los principales puntos de encuentro de los integrantes del Consejo Estudiantil Universitario (CEU), considerado el ala moderada del movimiento estudiantil.
El Auditorio Che Guevara es el principal de estos espacios. Fue tomado durante la huelga estudiantil de 1999 y en él convergen activistas extrauniversitarios; pese a la petición de los académicos de la Facultad de Filosofía, el entonces rector Juan Ramón de la Fuente nunca intentó recuperarlo.
En la Facultad de Ciencias Políticas hay diez cubículos y/o salones pertenecientes a los estudiantes; se trata de una de las entidades universitarias con los jóvenes más ultras del movimiento estudiantil.
En el Edificio B está el salón de Conciencia y Libertad; el B-001 pertenece al Frente de Lucha Estudiantil Julio Antonio Mella (Flejam); el B-101 a El Brigadista; el B-105 al Colectivo Lucio Cabañas; el B-110 al Colectivo Ernesto Guevara. En el edificio A están dos salones, el 103 y 104, que no tienen identificación de grupo; el A-109 es de el Grupo Rebeldía; el A-211 de Radio Polacas y el A-311 de Alternativa Universitaria.
En los planteles del Colegio de Ciencias y Humanidades destaca que sólo en Naucalpan los jóvenes no tienen espacios. En Azcapotzalco hay tres, uno del Comité estudiantil Metropolitano; otro del Grupo E y el tercero del Manifiesto.
El plantel Vallejo tiene un espacio para la radio estudiantil, otro para el movimiento denominado Regeneración; otro para Coba y uno más para el CEU Histórico; en Oriente están el Cecat; otro para Café Oriente y uno del CGH; en el plantel Sur está el del Cubo del G y el de los Internacionalistas.
En los nueves planteles de la Escuela Nacional Preparatoria existen cubículos o salones para el uso del CEM, el CEU o alguna de las expresiones radicales, pero en todos hay un cubículo especial para quienes se identifican como CGH, como ocurre con el resto de las entidades a nivel licenciatura.
http://www.exonline.com.mx/diario/noticia/primera/pulsonacional/arrebatan_70_espacios_a_la_unam/152466
Oficialmente conocido con el nombre de Justo Sierra, pero rebautizado por el movimiento estudiantil como Che Guevara, el auditorio principal de la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM es el principal símbolo de los espacios conquistados por los otrora huelguistas y que les fueron respetados por el ex rector Juan Ramón de la Fuente.
Ahí, en ese histórico auditorio, los jóvenes activistas universitarios instalaron, entre otras cosas, el Comedor Popular Vegetariano Che Guevara, donde la comida corrida cuesta 20 pesos.
Pero la venta de quesadillas, tortas, dulces, copias fotostáticas, impresiones y servicio en computadoras es común en prácticamente todas las unidades académicas de la UNAM, tanto a nivel licenciatura como en los 14 planteles del bachillerato.
Los espacios, argumentan los jóvenes, fueron conquistados por ellos por su lucha en las calles y con la presión del cierre de las instalaciones universitarias; en esos cubículos, como pudo constatar Excélsior, se realizan manifiestos, se editan revistas, se hacen enlaces internacionales con organizaciones simpatizantes, se denuncian arbitrariedades de las autoridades y se desarrollan actividades culturales.
La pelea por los cubículos es constante en la UNAM; en noviembre pasado, el director de la Facultad de Derecho, Fernando Serrano Migallón, ordenó la recuperación del salón D-201, ocupado por los estudiantes radicales, e incluso colocó rejas de metal para evitar que los jóvenes lo retomaran.
Así, desde ese momento, el movimiento estudiantil autónomo y crítico de la Facultad de Derecho sólo tiene el salón D-301 para realizar sus actividades de concientización a sus compañeros sobre la importancia de la lucha política.
Hace cuatro años, el director de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales, Fernando Pérez Correa, intentó la recuperación de los salones ocupados por el movimiento estudiantil en ese plantel, lo cual ocasionó la movilización de los jóvenes.
Los espacios estudiantiles en el territorio unamita se dividen en dos: los autónomos, que en su mayoría son dominio de la llamada ala ultra del movimiento estudiantil; y los institucionales o formales que adjudican las direcciones de los planteles para las actividades de esparcimiento y círculos de estudio.
Este diario realizó un recorrido por todas las facultades y escuelas de la UNAM, así como en los 14 planteles del bachillerato para confirmar que existen al menos 70 salones o cubículos que son de uso exclusivo de los jóvenes activistas universitarios de distintas tendencias ideológicas, mayoritariamente de izquierda radical.
En Filosofía hay 14 espacios estudiantiles; el “Cachumbambé” data de al menos 15 años y fue originalmente uno de los principales puntos de encuentro de los integrantes del Consejo Estudiantil Universitario (CEU), considerado el ala moderada del movimiento estudiantil.
El Auditorio Che Guevara es el principal de estos espacios. Fue tomado durante la huelga estudiantil de 1999 y en él convergen activistas extrauniversitarios; pese a la petición de los académicos de la Facultad de Filosofía, el entonces rector Juan Ramón de la Fuente nunca intentó recuperarlo.
En la Facultad de Ciencias Políticas hay diez cubículos y/o salones pertenecientes a los estudiantes; se trata de una de las entidades universitarias con los jóvenes más ultras del movimiento estudiantil.
En el Edificio B está el salón de Conciencia y Libertad; el B-001 pertenece al Frente de Lucha Estudiantil Julio Antonio Mella (Flejam); el B-101 a El Brigadista; el B-105 al Colectivo Lucio Cabañas; el B-110 al Colectivo Ernesto Guevara. En el edificio A están dos salones, el 103 y 104, que no tienen identificación de grupo; el A-109 es de el Grupo Rebeldía; el A-211 de Radio Polacas y el A-311 de Alternativa Universitaria.
En los planteles del Colegio de Ciencias y Humanidades destaca que sólo en Naucalpan los jóvenes no tienen espacios. En Azcapotzalco hay tres, uno del Comité estudiantil Metropolitano; otro del Grupo E y el tercero del Manifiesto.
El plantel Vallejo tiene un espacio para la radio estudiantil, otro para el movimiento denominado Regeneración; otro para Coba y uno más para el CEU Histórico; en Oriente están el Cecat; otro para Café Oriente y uno del CGH; en el plantel Sur está el del Cubo del G y el de los Internacionalistas.
En los nueves planteles de la Escuela Nacional Preparatoria existen cubículos o salones para el uso del CEM, el CEU o alguna de las expresiones radicales, pero en todos hay un cubículo especial para quienes se identifican como CGH, como ocurre con el resto de las entidades a nivel licenciatura.
http://www.exonline.com.mx/diario/noticia/primera/pulsonacional/arrebatan_70_espacios_a_la_unam/152466
3 comentarios:
Pues sí, cada vez se proliferan más los salones a disposición de estos grupos, mientras q en ocasiones los profes se las tengan q ingeniar para dar clases. Hay quienes tenemos clases en la sala de juntas de ciencias de la comunicación, lo cual no es molesto xq el debate se abre y todos somos partícipes, sin em argo, tm hay salones donde ya no ca e nadie más.
Pero no cambiará mientras sigamos consumiendo lo que en esos cubículos se ofrece, llámense comida, copias, impresiones, la hora de internet shalalá.
De qué es producto?? de la gran demanda de estudiantes y la infeciencia de quiénes prestan servicios de manera gratuita. Lo cual se presta para pensar que se han permitido estos espacios xq no se es capaz de cubrir las necesidades de todos los estudiantes, no lo sé de cierto, sólo lo supongo
Interesante reflexión, de acuerdo en que muchas veces la demnada sobrepasa el cupo de los slaones, pero sobretodo el nor ecibir la atencióna decuada. Me encanta la idea que tu blog lo actualices seguido. Besos fashionistas
¿Interesante el reportaje de Excelsior, verdad?
¿Ya checaste la revista Proceso de esta semana (no. 1637)? Viene también un reportaje sobre la misma temática, pero incluso más extenso que el de Excelsior. Bueno, de hecho son dos.
Nos estamos viendo.
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